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"Disfrutá
la vida, aprovechala, mirá que el tiempo pasa rápido. No pierdas ni un minuto
en cosas sin sentidos, viví el hoy sin pensar en el ayer, y sin planear en el
mañana"...
Frases que llenan mi cabeza en
tan sólo unos segundos. Que la gente me dice día a día, mes a mes, y año a
año. Cómo si repetirlas a toda hora lograría que mi vida sea más feliz, más
linda, más perfecta. ¡HELLO! La perfección no existe. Y si alguien está dispuesto a
contradecirme, que se calle la boca porque no pienso soportar críticas (al
menos hoy, que no estoy en las casillas en que debería). Hoy fue uno de esos
días en que ni yo misma lograba entenderme, y esperaba que los demás si lo
hagan. En que pasaba de la risa al llanto, sin siquiera una explicación.
Celosa y hasta algo obsesiva. Podría decirse bipolar y, por qué no, sensible.
Muy sensible. Muy pero muy sensible. Malhumorada algunos ratos, intolerable
también. Histérica... ¿Histérica? ¡Para nada! (Irónicamente, claro). Puedo ser
eso y mucho más, ¿pero sabés qué? Hoy también comprendí que lo mejor de no
ser perfecta, es el saber que soy única y que nadie podrá disfrutar la vida de
la misma manera en que yo lo hago...
Ahí está, un claro ejemplo de que ni yo
misma me entiendo, de que puedo llegar a ser la persona más indecisa del mundo
(aunque no lo crean).
